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Había un hombre de la región montañosa de Efraín que se llamaba Micaías.
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Y este dijo a su madre: — Los doce kilos de plata que te fueron tomados y por los que tú maldecías y hablabas en mi presencia, he aquí que la plata está en mi poder; yo la había tomado. Entonces su madre dijo: — ¡El SEÑOR te bendiga, hijo mío!
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