Explicación, estudio y comentario bíblico de Jueces 9:22-41 verso por verso
Después que Abimelec había gobernado a Israel tres años,
Dios envió un mal espíritu entre Abimelec y los señores de Siquem. Y los señores de Siquem traicionaron a Abimelec,
de modo que el crimen cometido contra los setenta hijos de Jerobaal, es decir, su sangre, recayera sobre su hermano Abimelec que los mató, y sobre los señores de Siquem que fortalecieron sus manos para que él matara a sus hermanos.
Los señores de Siquem pusieron contra él, en las cumbres de los montes, hombres al acecho, los cuales despojaban a todos los que pasaban junto a ellos por el camino. Y le fue dado informe de ello a Abimelec.
También Gaal hijo de Ebed fue con sus hermanos y se pasaron a Siquem; y los señores de Siquem pusieron su confianza en él.
Y salieron al campo, vendimiaron sus viñas, pisaron la uva e hicieron una fiesta. Luego entraron en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec.
Gaal hijo de Ebed dijo: — ¿Quién es Abimelec, y qué es Siquem para que nosotros le sirvamos? ¿No deberían el hijo de Jerobaal y Zebul, su oficial, servir a los hombres de Hamor, padre de Siquem?. ¿Por qué, pues, hemos de servirle nosotros a él?
¡Quién pusiera este pueblo bajo mi mano! ¡Yo echaría a Abimelec! Le diría a Abimelec: “¡Aumenta tu ejército y sal!”.
Cuando Zebul, alcalde de la ciudad, oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió en ira
y envió astutamente mensajeros a Abimelec para decirle: “He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem, y están sublevando la ciudad contra ti.
Por tanto, vete de noche, tú y la gente que está contigo, y pon emboscadas en el campo.
Por la mañana, al salir el sol, levántate y ataca la ciudad. Y he aquí que cuando él y la gente que está con él salgan contra ti, tú harás con él según se te ofrezca”.
Abimelec y toda la gente que estaba con él se levantaron de noche y pusieron una emboscada contra Siquem con cuatro escuadrones.
Gaal hijo de Ebed salió y se detuvo a la entrada de la puerta de la ciudad. Entonces Abimelec y toda la gente que estaba con él salieron de la emboscada.
Al ver Gaal a la gente, dijo a Zebul: — ¡He allí gente que desciende de las cumbres de las montañas! Y Zebul le respondió: — Tú ves la sombra de las montañas, como si fueran hombres.
Pero Gaal volvió a hablar diciendo: — He allí gente que desciende por Tabur-haárets y un escuadrón que viene por el camino de la encina de los Adivinos.
Entonces Zebul le respondió: — ¿Dónde está, pues, aquel hablar tuyo, cuando decías: “¿Quién es Abimelec, para que le sirvamos?”. ¿No es esa la gente que tenías en poco? ¡Sal, pues, ahora y lucha contra él!
Gaal salió al frente de los señores de Siquem y luchó contra Abimelec.
Pero Abimelec lo persiguió y Gaal huyó de delante de él. Y muchos cayeron muertos, hasta la entrada de la puerta.
Entonces Abimelec se quedó en Aruma, y Zebul echó fuera a Gaal y a sus hermanos, para que no habitaran en Siquem.