Explicación, estudio y comentario bíblico de Jueces 9:6-37 verso por verso
Entonces se reunieron todos los señores de Siquem con todos los de Bet-milo. Y fueron y proclamaron a Abimelec como rey, junto a la encina que está al lado de la piedra ritual en Siquem.
Cuando se lo dijeron a Jotam, él fue y se puso en la cumbre del monte Gerizim. Y alzando su voz gritó diciéndoles: — ¡Escúchenme, oh señores de Siquem, y que Dios los escuche a ustedes!
»Los árboles iban a elegir un rey sobre ellos y dijeron al olivo: “¡Reina sobre nosotros!”.
Pero el olivo les respondió: “¿He de renunciar a mi aceite con el cual son honrados Dios y los hombres, para ir a mecerme por encima de los árboles?”.
»Luego dijeron los árboles a la higuera: “¡Ven tú, y reina sobre nosotros!”.
Pero la higuera les respondió: “¿He de renunciar a mi dulzura y a mi buen fruto, para ir a mecerme por encima de los árboles?”.
»Luego dijeron los árboles a la vid: “¡Ven tú, y reina sobre nosotros!”.
Pero la vid les respondió: “¿He de renunciar a mi vino nuevo que alegra a Dios y a los hombres, para ir a mecerme por encima de los árboles?”.
»Entonces todos los árboles dijeron a la zarza: “¡Ven tú, y reina sobre nosotros!”.
Pero la zarza respondió a los árboles: “Si en verdad me ungen como rey sobre ustedes, vengan y refúgiense a mi sombra. Y si no, ¡salga fuego de la zarza y devore los cedros del Líbano!”.
»Ahora pues, si han procedido de buena fe y con integridad al proclamar como rey a Abimelec; si han actuado bien con Jerobaal y con su casa; si lo han recompensado conforme a la obra de sus manos
(pues mi padre luchó por ustedes arriesgando su vida para librarlos de mano de Madián,
pero ustedes se han levantado hoy contra la casa de mi padre, han matado a sus hijos, a setenta hombres sobre una misma piedra, y han puesto por rey sobre los señores de Siquem a Abimelec, el hijo de su criada, porque él es su hermano);
si pues de buena fe y con integridad han procedido hoy con Jerobaal y con su casa, entonces gocen de Abimelec y que él también goce de ustedes.
Y si no, ¡que salga fuego de Abimelec, y consuma a los señores de Siquem y a Bet-milo! ¡Y que salga fuego de los señores de Siquem y de Bet-milo, y consuma a Abimelec!
Jotam huyó, se fugó y se fue a Beer, donde vivió por causa de su hermano Abimelec.
Después que Abimelec había gobernado a Israel tres años,
Dios envió un mal espíritu entre Abimelec y los señores de Siquem. Y los señores de Siquem traicionaron a Abimelec,
de modo que el crimen cometido contra los setenta hijos de Jerobaal, es decir, su sangre, recayera sobre su hermano Abimelec que los mató, y sobre los señores de Siquem que fortalecieron sus manos para que él matara a sus hermanos.
Los señores de Siquem pusieron contra él, en las cumbres de los montes, hombres al acecho, los cuales despojaban a todos los que pasaban junto a ellos por el camino. Y le fue dado informe de ello a Abimelec.
También Gaal hijo de Ebed fue con sus hermanos y se pasaron a Siquem; y los señores de Siquem pusieron su confianza en él.
Y salieron al campo, vendimiaron sus viñas, pisaron la uva e hicieron una fiesta. Luego entraron en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec.
Gaal hijo de Ebed dijo: — ¿Quién es Abimelec, y qué es Siquem para que nosotros le sirvamos? ¿No deberían el hijo de Jerobaal y Zebul, su oficial, servir a los hombres de Hamor, padre de Siquem?. ¿Por qué, pues, hemos de servirle nosotros a él?
¡Quién pusiera este pueblo bajo mi mano! ¡Yo echaría a Abimelec! Le diría a Abimelec: “¡Aumenta tu ejército y sal!”.
Cuando Zebul, alcalde de la ciudad, oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió en ira
y envió astutamente mensajeros a Abimelec para decirle: “He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem, y están sublevando la ciudad contra ti.
Por tanto, vete de noche, tú y la gente que está contigo, y pon emboscadas en el campo.
Por la mañana, al salir el sol, levántate y ataca la ciudad. Y he aquí que cuando él y la gente que está con él salgan contra ti, tú harás con él según se te ofrezca”.
Abimelec y toda la gente que estaba con él se levantaron de noche y pusieron una emboscada contra Siquem con cuatro escuadrones.
Gaal hijo de Ebed salió y se detuvo a la entrada de la puerta de la ciudad. Entonces Abimelec y toda la gente que estaba con él salieron de la emboscada.
Al ver Gaal a la gente, dijo a Zebul: — ¡He allí gente que desciende de las cumbres de las montañas! Y Zebul le respondió: — Tú ves la sombra de las montañas, como si fueran hombres.
Pero Gaal volvió a hablar diciendo: — He allí gente que desciende por Tabur-haárets y un escuadrón que viene por el camino de la encina de los Adivinos.