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Aplaudían contra ti todos los que pasaban por el camino. Silbaban y sacudían su cabeza ante la hija de Jerusalén, diciendo: “¿Es esta la ciudad de la cual decían que era perfecta en hermosura, el gozo de toda la tierra?”.
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Abrían su boca contra ti todos tus enemigos. Silbaban y rechinaban los dientes diciendo: “¡La hemos destruido! Ciertamente este es el día que esperábamos; ¡lo hemos alcanzado, lo hemos visto!”.
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