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Ciertamente todo el día ha vuelto y revuelto su mano contra mí.
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Ha consumido mi carne y mi piel; ha quebrantado mis huesos.
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Edificó contra mí; me rodeó de amargura y de duro trabajo.
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En tinieblas me hizo habitar, como los muertos de antaño.
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Me bloquea por todos lados, de modo que no puedo salir; ha hecho pesadas mis cadenas.
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Aun cuando grito y pido auxilio cierra sus oídos a mi oración.
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