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Silenciaron mi vida en la cisterna y arrojaron una piedra sobre mí.
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Me cubrieron las aguas por encima de la cabeza; yo dije: ‘¡He sido eliminado!’.
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“Invoqué tu nombre, oh SEÑOR, desde la profunda cisterna.
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Mi voz has oído: ‘¡No escondas tu oído cuando clamo por alivio!’.
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