Explicación, estudio y comentario bíblico de Levítico 15:1-14 verso por verso
El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón diciendo:
“Hablen a los hijos de Israel y díganles que cualquier hombre cuyo cuerpo tiene flujo seminal, quedará impuro a causa de su flujo.
Esta será su impureza en su flujo: Será impureza, ya sea que su cuerpo emita su flujo o que su cuerpo obstruya su flujo.
Toda cama en que se acueste el que tenga flujo, o toda cosa en que se siente, quedará inmunda.
La persona que toque su cama lavará su ropa, se lavará con agua y quedará impuro hasta el anochecer.
También el que se siente sobre aquello en que se sentó el que tiene flujo, lavará su ropa, se lavará con agua y quedará impuro hasta el anochecer.
El que toque el cuerpo del que tiene flujo lavará su ropa, se lavará con agua y quedará impuro hasta el anochecer.
“Cuando alguien que tiene flujo escupa sobre una persona pura, esta lavará su ropa, se lavará con agua y quedará impura hasta el anochecer.
Toda montura sobre la cual cabalgue el que tiene flujo quedará inmunda.
Cualquiera que toque algo que ha estado debajo de él quedará impuro hasta el anochecer. El que cargue tales cosas lavará su ropa, se lavará con agua y quedará impuro hasta el anochecer.
Todo aquel a quien toque el que tiene flujo, sin haberse lavado sus manos con agua, lavará su ropa, se lavará con agua, y quedará impuro hasta el anochecer.
“La vasija de barro que haya tocado el que tiene flujo será rota. Todo utensilio de madera será enjuagado con agua.
“Cuando el que tiene flujo se haya purificado de su flujo, contará siete días para su purificación. Entonces lavará su ropa, lavará su cuerpo con aguas vivas, y quedará purificado.
Al octavo día tomará consigo dos tórtolas o dos pichones de paloma, vendrá ante el SEÑOR a la entrada del tabernáculo de reunión y los dará al sacerdote.