Explicación, estudio y comentario bíblico de Levítico 23:9-22 verso por verso
El SEÑOR habló a Moisés diciendo:
“Habla a los hijos de Israel y diles: ‘Cuando hayan entrado en la tierra que yo les doy y hayan segado su mies, traerán al sacerdote un manojo de espigas como primicia de su siega.
Este mecerá el manojo delante del SEÑOR, para que sean aceptados. El sacerdote lo mecerá el día siguiente del sábado.
El día que presenten el manojo, ofrecerán en holocausto al SEÑOR un cordero de un año, sin defecto,
con su ofrenda vegetal de cuatro kilos de harina fina amasada con aceite. Esta es una ofrenda quemada al SEÑOR, de grato olor. Su ofrenda para derramar será un litro de vino.
No comerán pan, ni grano tostado, ni grano fresco hasta ese mismo día en que presenten la ofrenda a su Dios. Esto es un estatuto perpetuo a través de sus generaciones, dondequiera que habiten.
“‘Contarán siete semanas completas desde la mañana siguiente al sábado, desde el día en que presentaron el manojo de espigas de la ofrenda mecida.
Contarán cincuenta días hasta la mañana siguiente al séptimo sábado. Entonces presentarán una ofrenda vegetal nueva al SEÑOR.
Desde los lugares donde habiten traerán dos panes para ofrenda mecida, que serán de cuatro kilos de harina fina, cocidos con levadura, como primicias al SEÑOR.
Ofrecerán con el pan siete corderos de un año, sin defecto, un novillo y dos carneros. Serán el holocausto al SEÑOR, junto con sus ofrendas vegetales y sus ofrendas de líquidos. Esta es una ofrenda quemada de grato olor al SEÑOR.
Ofrecerán además un macho cabrío como sacrificio por el pecado y dos corderos de un año como sacrificio de paz.
El sacerdote los presentará como ofrenda mecida delante del SEÑOR. Junto con el pan de las primicias, los dos corderos serán cosa sagrada al SEÑOR, para el sacerdote.
En este mismo día convocarán una asamblea sagrada; no harán ningún trabajo laboral. Este es un estatuto perpetuo a través de sus generaciones, dondequiera que habiten.
“‘Y cuando sieguen la mies de su tierra, no segarás hasta el último rincón de tu campo ni recogerás las espigas en tu campo segado. Las dejarás para el pobre y el extranjero. Yo, el SEÑOR, su Dios’”.