Explicación, estudio y comentario bíblico de Levítico 7:22-36 verso por verso
El SEÑOR habló a Moisés diciendo:
“Habla a los hijos de Israel y diles: ‘No comerán ningún sebo de toro, de cordero o de cabra.
El sebo de un animal mortecino y el sebo de un animal despedazado podrán usarse para cualquier otro uso, pero en ningún caso los comerán.
Cualquiera que coma sebo de animal, del cual se ofrece al SEÑOR ofrenda quemada, esa persona que lo coma será excluida de su pueblo.
Tampoco comerán sangre ni de aves ni de fieras, en ningún lugar en que habiten.
Cualquier persona que coma sangre será excluida de su pueblo’ ”.
El SEÑOR habló a Moisés diciendo:
“Habla a los hijos de Israel y diles que el que ofrezca un sacrificio de paz al SEÑOR traerá su ofrenda al SEÑOR de su sacrificio de paz.
Con sus propias manos traerá la ofrenda que se ha de quemar para el SEÑOR. Traerá el sebo junto con el pecho, para que el pecho sea mecido delante del SEÑOR como ofrenda mecida.
El sacerdote hará arder el sebo sobre el altar, pero el pecho será para Aarón y sus hijos.
También darán al sacerdote, como ofrenda alzada, el muslo derecho de sus sacrificios de paz.
La porción del muslo derecho será para aquel que de entre los hijos de Aarón ofrezca la sangre y el sebo del sacrificio de paz.
Yo he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho de la ofrenda mecida y el muslo de la ofrenda alzada, y se los he dado al sacerdote Aarón y a sus hijos, como provisión perpetua de los hijos de Israel”.
Esta es la porción que corresponde a Aarón y la porción que corresponde a sus hijos de las ofrendas quemadas al SEÑOR, desde el día en que él los consagró para ser sacerdotes del SEÑOR.
Esto ordenó el SEÑOR el día en que los ungió, que les dieran de parte de los hijos de Israel como provisión perpetua a través de sus generaciones.