Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 1:15-41 verso por verso
porque él será grande delante del Señor. Nunca beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre.
Y hará que muchos de los hijos de Israel vuelvan al Señor su Dios.
Él mismo irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y los desobedientes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo apercibido.
Y Zacarías dijo al ángel: — ¿Cómo podré estar seguro de esto? Pues yo soy viejo y mi esposa es de edad avanzada.
Respondió el ángel y le dijo: — Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas.
He aquí, quedarás mudo e incapaz de hablar hasta el día en que se realice esto, por cuanto no has creído a mis palabras las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
El pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él pasara tanto tiempo en el templo.
Cuando salió, no les podía hablar; y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo. Él se comunicaba con ellos por señas pues se había quedado mudo.
Sucedió que, cuando se cumplieron los días de este ministerio, él se fue a su casa.
Y después de aquellos días su mujer Elisabet concibió y se recluyó por cinco meses diciendo:
— Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó mirarme para quitar mi afrenta entre los hombres.
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,
a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David. El nombre de la virgen era María.
Cuando entró a donde ella estaba, dijo: — ¡Te saludo, muy favorecida! El Señor está contigo.
Pero ella se turbó por sus palabras y se preguntaba qué clase de salutación sería esta.
Entonces el ángel le dijo: — ¡No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios!
He aquí concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David.
Reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin.
Entonces María dijo al ángel: — ¿Cómo será esto? Porque yo no conozco varón.
Respondió el ángel y le dijo: — El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.
He aquí, también tu parienta Elisabet ha concebido un hijo en su vejez. Este es el sexto mes para ella que era llamada estéril.
Porque ninguna cosa será imposible para Dios.
Entonces María dijo: — He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de ella.
En esos días se levantó María y fue de prisa a una ciudad en la región montañosa de Judá.
Entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet.
Aconteció que, cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre. Y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,