Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 1:3-17 verso por verso
me ha parecido bien también a mí, después de haberlo investigado todo con diligencia desde el comienzo, escribírtelas en orden, oh excelentísimo Teófilo,
para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.
En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías. Su esposa era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet.
Ambos eran justos delante de Dios, y vivían irreprensiblemente en todos los mandamientos y las ordenanzas del Señor.
No tenían hijos, porque Elisabet era estéril y ambos eran de edad avanzada.
Aconteció que cuando Zacarías ejercía el sacerdocio delante de Dios, en el turno de su clase,
conforme a la costumbre del sacerdocio le tocó por sorteo entrar en el templo del Señor para quemar el incienso.
Toda la multitud del pueblo estaba fuera, orando, a la hora del incienso.
Entonces el ángel del Señor se le apareció, puesto de pie a la derecha del altar del incienso.
Zacarías se turbó cuando lo vio, y el temor se apoderó de él.
Pero el ángel le dijo: — ¡No temas, Zacarías! Porque tu oración ha sido atendida. Tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo y llamarás su nombre Juan.
Tendrás gozo y alegría, y muchos se gozarán de su nacimiento
porque él será grande delante del Señor. Nunca beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre.
Y hará que muchos de los hijos de Israel vuelvan al Señor su Dios.
Él mismo irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y los desobedientes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo apercibido.