Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 10:21-28 verso por verso
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu Santo y dijo: “Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
“Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre. Nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”.
Volviéndose a los discípulos les dijo aparte: — Bienaventurados los ojos que ven lo que ustedes ven.
Porque les digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; y oír lo que oyen, y no lo oyeron.
Y he aquí, cierto maestro de la ley se levantó para probarle, diciendo: — Maestro, ¿haciendo qué cosa poseeré la vida eterna?
Y él le dijo: — ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
Él le respondió diciendo: — Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
Le dijo: — Has respondido bien. Haz esto y vivirás.