Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 10:26-36 verso por verso
Y él le dijo: — ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
Él le respondió diciendo: — Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
Le dijo: — Has respondido bien. Haz esto y vivirás.
Pero él, queriendo justificarse, le preguntó a Jesús: — ¿Y quién es mi prójimo?
Respondiendo Jesús, le dijo: — Cierto hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones quienes lo despojaron de su ropa, lo hirieron y se fueron dejándolo medio muerto.
Por casualidad, descendía cierto sacerdote por aquel camino y, al verle, pasó de largo.
De igual manera, un levita también llegó al lugar y, al ir y verle, pasó de largo.
Pero cierto samaritano, que iba de viaje, llegó cerca de él y, al verle, fue movido a misericordia.
Acercándose a él, vendó sus heridas echándoles aceite y vino. Y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él.
Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al mesonero diciéndole: “Cuídamelo, y todo lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva”.
¿Cuál de estos tres te parece haber sido el prójimo de aquel que cayó en manos de ladrones?