Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 12:14-58 verso por verso
Y él le dijo: — Hombre, ¿quién me ha puesto como juez o repartidor sobre ustedes?
Y les dijo: — Miren, guárdense de toda codicia, porque la vida de uno no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
Entonces les refirió una parábola, diciendo: — Las tierras de un hombre rico habían producido mucho.
Y él razonaba dentro de sí diciendo: “¿Qué haré? Porque ya no tengo dónde juntar mis productos”.
Entonces dijo: “¡Esto haré! Derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes. Allí juntaré todo mi grano y mis bienes,
y me diré a mí mismo: Muchos bienes tienes almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe, alégrate”.
Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta noche vienen a pedir tu vida; y lo que has provisto, ¿para quién será?”.
Así es el que hace tesoro para sí y no es rico para con Dios.
Dijo a sus discípulos: — Por tanto, les digo: No se afanen por su vida, qué han de comer; ni por su cuerpo, qué han de vestir.
La vida es más que el alimento y el cuerpo es más que el vestido.
Consideren los cuervos, que ni siembran ni siegan ni tienen almacenes ni graneros, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves!
¿Quién de ustedes podrá, con afanarse, añadir un día a su vida?
Pues si no pueden lo que es menos, ¿por qué están afanados por lo demás?
Consideren los lirios, cómo crecen. No trabajan ni hilan; y les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos.
Si Dios viste así la hierba que hoy está en el campo y mañana es echada en el horno, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
»Ustedes, pues, no busquen qué han de comer o qué han de beber, ni estén ansiosos.
Porque todas estas cosas busca la gente del mundo pero su Padre sabe que necesitan estas cosas.
Más bien, busquen su reino, y estas cosas les serán añadidas.
No teman, manada pequeña, porque a su Padre le ha placido darles el reino.
»Vendan sus bienes y den ofrendas de misericordia. Háganse bolsas que no se envejecen; un tesoro inagotable en los cielos donde no se acerca el ladrón ni la polilla destruye.
Porque donde esté el tesoro de ustedes, allí también estará su corazón.
»Estén ceñidos sus lomos y encendidas sus lámparas.
Y sean ustedes semejantes a los siervos que esperan a su señor cuando ha de volver de las bodas para que le abran al instante en que llegue y llame.
Bienaventurados aquellos siervos a quienes el señor les encuentre velando cuando llegue. De cierto les digo que se ceñirá y hará que se sienten a la mesa y, viniendo, les servirá.
Aunque venga a medianoche, y aunque venga a la madrugada, si los halla así, ¡bienaventurados aquellos siervos!
»Sepan que si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de venir el ladrón no habría permitido que forzara la entrada a su casa.
Ustedes también estén preparados, porque a la hora que no piensen vendrá el Hijo del Hombre.
Entonces Pedro le dijo: — Señor, ¿dices esta parábola para nosotros, o también para todos?
Y dijo el Señor: — ¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien el señor pondrá sobre los de su casa para que les dé sus raciones a su debido tiempo?
Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciéndolo así.
En verdad les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes.
Pero si aquel siervo dice en su corazón: “Mi señor tarda en venir” y comienza a golpear a los siervos y a las siervas, y a comer y a beber y a embriagarse,
vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera y a la hora que no sabe, y le castigará duramente y pondrá su parte con los incrédulos.
Porque aquel siervo que entendió la voluntad de su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad recibirá muchos azotes.
Pero el que no entendió, aunque hizo cosas dignas de azotes, recibirá pocos azotes. Porque de todo aquel a quien le ha sido dado mucho, mucho se demandará de él; y de aquel a quien confiaron mucho, se le pedirá más.
»He venido a echar fuego en la tierra. ¡Y cómo quisiera que ya estuviera encendido!
Tengo un bautismo con que ser bautizado, ¡y cómo me angustio hasta que se cumpla!
¿Piensan que he venido a dar paz en la tierra? ¡Les digo que no, sino a causar división!
Porque, de aquí en adelante, cinco en una casa estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres.
El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.
Decía también a las multitudes: — Cuando ven la nube que sale del poniente, luego dicen: “Va a llover”. Y así sucede.
Cuando sopla el viento del sur, dicen: “Hará calor”. Y lo hace.
¡Hipócritas! Saben interpretar el aspecto del cielo y de la tierra, ¿y cómo no saben interpretar este tiempo?
»¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?
Pues cuando vayas al magistrado con tu adversario procura con diligencia arreglarte con él en el camino, no sea que te arrastre al juez y el juez te entregue al policía y el policía te meta en la cárcel.