Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 14:33-35 verso por verso
Así, pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.
“Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será sazonada?
No es buena ni para la tierra ni para abono; por eso la arrojan fuera. Quien tiene oídos para oír, oiga”.