Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 14:7-24 verso por verso
Observando a los invitados, cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió una parábola diciéndoles:
— Cuando seas invitado por alguien a una fiesta de bodas, no te sientes en el primer lugar; no sea que otro más distinguido que tú haya sido invitado por él
y que, viniendo el que te invitó a ti y al otro, te diga: “Da lugar a este”, y luego comiences con vergüenza a ocupar el último lugar.
Más bien, cuando seas invitado, ve y siéntate en el último lugar para que cuando venga el que te invitó, diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.
Porque cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Dijo también al que lo había invitado: — Cuando hagas comida o cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te vuelvan a invitar a ti, y te sea hecha compensación.
Pero cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos.
Y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden retribuir pero te será recompensado en la resurrección de los justos.
Al oír esto, uno de los que estaban sentados juntos a la mesa le dijo: — ¡Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios!
Pero él le dijo: — Un hombre hizo un gran banquete e invitó a muchos.
A la hora del banquete envió a su siervo para decir a los invitados: “Vengan, porque ya está preparado”.
Pero todos a una comenzaron a disculparse. El primero dijo: “He comprado un campo y necesito salir para verlo; te ruego que me disculpes”.
El otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego que me disculpes”.
El otro dijo: “Acabo de casarme y por tanto no puedo ir”.
Cuando volvió el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces se enojó el dueño de casa y dijo a su siervo: “Ve pronto a las plazas y a las calles de la ciudad y trae acá a los pobres, a los mancos, a los ciegos y a los cojos”.
Luego dijo el siervo: “Señor, se ha hecho lo que mandaste, y aún queda lugar”.
El señor dijo al siervo: “Ve por los caminos y por los callejones, y exígeles a que entren para que mi casa se llene.
Pues les digo que ninguno de aquellos hombres que fueron invitados gustará de mi banquete”.