Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 18:5-19 verso por verso
le haré justicia a esta viuda porque no me deja de molestar; para que no venga continuamente a cansarme’”.
Entonces dijo el Señor: “Oigan lo que dice el juez injusto.
¿Y Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a él de día y de noche? ¿Les hará esperar?
Les digo que los defenderá pronto. Sin embargo, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”.
Dijo también esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como que eran justos y menospreciaban a los demás:
“Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo, y el otro, publicano.
El fariseo, de pie, oraba consigo mismo de esta manera: ‘Dios, te doy gracias que no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni aun como este publicano.
Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo’.
Pero el publicano, de pie a cierta distancia, no quería ni alzar los ojos al cielo sino que se golpeaba el pecho diciendo: ‘Dios, sé propicio a mí, que soy pecador’.
Les digo que este descendió a casa justificado en lugar del primero. Porque cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.
También le presentaban los niños pequeños para que los tocara. Y los discípulos, al ver esto, les reprendían.
Pero Jesús los llamó diciendo: “Dejen a los niños venir a mí y no les impidan porque de los tales es el reino de Dios.
De cierto les digo que cualquiera que no reciba el reino de Dios como un niño, jamás entrará en él”.
Le preguntó cierto hombre principal, diciendo: — Maestro bueno, ¿qué haré para obtener la vida eterna?
Y Jesús le dijo: — ¿Por qué me llamas “bueno”? Ninguno es bueno sino solo uno, Dios.