Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 18:9-17 verso por verso
Dijo también esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como que eran justos y menospreciaban a los demás:
“Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo, y el otro, publicano.
El fariseo, de pie, oraba consigo mismo de esta manera: ‘Dios, te doy gracias que no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni aun como este publicano.
Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo’.
Pero el publicano, de pie a cierta distancia, no quería ni alzar los ojos al cielo sino que se golpeaba el pecho diciendo: ‘Dios, sé propicio a mí, que soy pecador’.
Les digo que este descendió a casa justificado en lugar del primero. Porque cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.
También le presentaban los niños pequeños para que los tocara. Y los discípulos, al ver esto, les reprendían.
Pero Jesús los llamó diciendo: “Dejen a los niños venir a mí y no les impidan porque de los tales es el reino de Dios.
De cierto les digo que cualquiera que no reciba el reino de Dios como un niño, jamás entrará en él”.