Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 19:1-28 verso por verso
Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad.
Y he aquí, un hombre llamado Zaqueo, que era un principal de los publicanos y era rico,
procuraba ver quién era Jesús pero no podía a causa de la multitud porque era pequeño de estatura.
Entonces corrió delante y subió a un árbol sicómoro para verle, pues había de pasar por allí.
Cuando Jesús llegó a aquel lugar, alzando la vista lo vio y le dijo: — Zaqueo, date prisa, desciende; porque hoy es necesario que me quede en tu casa.
Entonces él descendió aprisa y lo recibió gozoso.
Al ver esto, todos murmuraban diciendo que había entrado a alojarse en la casa de un hombre pecador.
Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: — He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres y, si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
Jesús le dijo: — Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham.
Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola por cuanto estaba cerca de Jerusalén y porque ellos pensaban que inmediatamente habría de ser manifestado el reino de Dios.
Dijo, pues: “Cierto hombre de noble estirpe partió a un país lejano para recibir un reino y volver.
Entonces llamó a diez siervos suyos y les dio mucho dinero diciéndoles: ‘Negocien hasta que yo venga’.
“Pero sus ciudadanos lo aborrecían, y enviaron tras él una embajada diciendo: ‘No queremos que este reine sobre nosotros’.
“Aconteció que, cuando él volvió después de haber tomado el reino, mandó llamar ante sí a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero para saber lo que habían negociado.
Vino el primero y dijo: ‘Señor, tu dinero ha producido diez veces más’.
Y él le dijo: ‘Muy bien, buen siervo; puesto que en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades’.
Vino el segundo y dijo: ‘Señor, tu dinero ha hecho cinco veces más’.
También a este le dijo: ‘Tú también estarás sobre cinco ciudades’.
Y vino otro y dijo: ‘Señor, he aquí tu dinero, el cual he guardado en un pañuelo.
Porque tuve miedo de ti, que eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste y cosechas lo que no sembraste’.
Entonces él le dijo: ‘¡Mal siervo, por tu boca te juzgo! Sabías que yo soy hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré.
¿Por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para que, al venir yo, lo cobrara junto con los intereses?’.
Y dijo a los que estaban presentes: ‘Quítenle el dinero y denlo al que tiene más dinero’.
Ellos le dijeron: ‘Señor, él ya tiene mucho dinero’.
Él respondió: ‘Pues yo les digo que a todo el que tiene, le será dado; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Pero, en cuanto a aquellos enemigos míos que no querían que yo reinara sobre ellos, tráiganlos acá y degüéllenlos en mi presencia’ ”.
Después de decir esto, iba delante subiendo a Jerusalén.