Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 2:8-21 verso por verso
Había pastores en aquella región que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.
Y un ángel del Señor se presentó ante ellos y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y temieron con gran temor.
Pero el ángel les dijo: — No teman, porque he aquí les doy buenas noticias de gran gozo que serán para todo el pueblo:
que hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor.
Y esto les servirá de señal: Hallarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
De repente, apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales que alababan a Dios y decían:
— ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad!
Aconteció que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo los pastores se decían unos a otros: — Pasemos ahora mismo hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha dado a conocer.
Fueron de prisa y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
Al verle, dieron a conocer lo que les había sido dicho acerca de este niño.
Todos los que oyeron se maravillaron de lo que los pastores les dijeron;
pero María guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón.
Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como les había sido dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su nombre Jesús, nombre que le fue puesto por el ángel antes que él fuera concebido en el vientre.