Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 22:29-42 verso por verso
Yo, pues, dispongo para ustedes un reino, como mi Padre lo dispuso para mí,
para que coman y beban en mi mesa en mi reino, y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
»Simón, Simón, he aquí Satanás me ha pedido para zarandearte como a trigo.
Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falle. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.
Él le dijo: — Señor, estoy listo para ir contigo aun a la cárcel y a la muerte.
Pero él dijo: — Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes de que tú hayas negado tres veces que me conoces.
Y les dijo a ellos: — Cuando los envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿les faltó algo? Ellos dijeron: — Nada.
Entonces les dijo: — Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela; y también la alforja. Y el que no tiene espada, venda su manto y compre una.
Porque les digo que es necesario que se cumpla en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los malhechores. Porque lo que está escrito de mí tiene cumplimiento.
Entonces ellos dijeron: — Señor, he aquí dos espadas. Y él dijo: — Basta.
Después de salir, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también lo siguieron.
Cuando llegó al lugar, les dijo: — Oren que no entren en tentación.
Y él se apartó de ellos a una distancia considerable y, puesto de rodillas, oraba
diciendo: — Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.