Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 22:39-53 verso por verso
Después de salir, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también lo siguieron.
Cuando llegó al lugar, les dijo: — Oren que no entren en tentación.
Y él se apartó de ellos a una distancia considerable y, puesto de rodillas, oraba
diciendo: — Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.
[Entonces le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
Y angustiado, oraba con mayor intensidad, de modo que su sudor era como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra].
Cuando se levantó de orar y volvió a sus discípulos, los halló dormidos por causa de la tristeza.
Y les dijo: — ¿Por qué duermen? Levántense y oren para que no entren en tentación.
Mientras él aún hablaba, he aquí vino una multitud. El que se llamaba Judas, uno de los doce, venía delante de ellos y se acercó a Jesús para besarle.
Entonces Jesús le dijo: — Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?
Al ver los que estaban con él lo que había de ocurrir, le dijeron: — Señor, ¿heriremos a espada?
Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.
Entonces respondiendo Jesús, dijo: — ¡Basta de esto! Y tocando su oreja, lo sanó.
Entonces Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los magistrados del templo y a los ancianos que habían venido contra él: — ¿Como contra un asaltante han salido con espadas y palos?
Habiendo estado con ustedes cada día en el templo, no extendieron la mano contra mí. Pero esta es la hora de ustedes y la del poder de las tinieblas.