Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 24:30-32 verso por verso
Y sucedió que, estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo y les dio.
Entonces fueron abiertos los ojos de ellos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
Y se decían el uno al otro: — ¿No ardía nuestro corazón en nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos abría las Escrituras?