Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 3:8-42 verso por verso
Produzcan, pues, frutos dignos de arrepentimiento y no comiencen a decir dentro de ustedes mismos: “A Abraham tenemos por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abraham.
También, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.
Las multitudes le preguntaban diciendo: — Pues, ¿qué haremos?
Respondiendo les decía: — El que tiene dos túnicas dé al que no tiene, y el que tiene comida haga lo mismo.
También fueron unos publicanos para ser bautizados y le preguntaron: — Maestro, ¿qué haremos?
Él les decía: — No cobren más de lo que les está ordenado.
También unos soldados le preguntaban diciendo: — Y nosotros, ¿qué haremos? Él les dijo: — No hagan extorsión ni denuncien falsamente a nadie, y conténtense con sus salarios.
Como el pueblo estaba a la expectativa, y todos especulaban en su corazón si acaso Juan sería el Cristo,
Juan respondió a todos diciendo: — Yo, a la verdad, les bautizo en agua. Pero viene el que es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. Él les bautizará en el Espíritu Santo y fuego.
Su aventador está en su mano para limpiar su era y juntar el trigo en su granero, pero quemará la paja en el fuego que nunca se apagará.
Así que, exhortando con estas y otras muchas cosas, anunciaba las buenas noticias al pueblo.
Pero el tetrarca Herodes, cuando fue reprendido por Juan respecto de Herodía, la mujer de su hermano, y de todas las maldades que Herodes había hecho,
añadió a todo también esto: Encerró a Juan en la cárcel.
Aconteció que, en el tiempo en que todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado. Y mientras oraba, el cielo fue abierto
y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como paloma. Luego vino una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”.
Al comenzar su ministerio, Jesús tenía como treinta años. Él era (según se creía) hijo de José,
hijo de Elí, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melqui, hijo de Jana, hijo de José,
hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahúm, hijo de Esli,
hijo de Nagai, hijo de Maat, hijo de Matatías, hijo de Semei, hijo de José, hijo de Judá,
hijo de Joanán, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel,
hijo de Neri, hijo de Melqui, hijo de Adi, hijo de Cosam, hijo de Elmodam, hijo de Er,
hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat,
hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonán, hijo de Eliaquim,
hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata, hijo de Natán,
hijo de David, hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Boaz, hijo de Salá, hijo de Najsón,
hijo de Aminadab, hijo de Admín, hijo de Arní, hijo de Hesrón, hijo de Fares, hijo de Judá,
hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Taré,
hijo de Nacor, hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Peleg, hijo de Heber, hijo de Sélaj,
hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé,
hijo de Lamec, hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán,
hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.