• Lucas 4:15

    Él enseñaba en las sinagogas de ellos y era glorificado por todos.

  • Lucas 4:16

    Fue a Nazaret, donde se había criado y, conforme a su costumbre, el día sábado entró en la sinagoga y se levantó para leer.

  • Lucas 4:17

    Se le entregó el rollo del profeta Isaías; y cuando abrió el rollo encontró el lugar donde estaba escrito:

  • Lucas 4:18

    El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos

  • Lucas 4:19

    y para proclamar el año agradable del Señor.

  • Lucas 4:20

    Después de enrollar el libro y devolverlo al ayudante, se sentó. Y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.

  • Lucas 4:21

    Entonces comenzó a decirles: — Hoy se ha cumplido esta Escritura en los oídos de ustedes.

  • Lucas 4:22

    Todos daban testimonio de él y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: — ¿No es este el hijo de José?

  • Lucas 4:23

    Entonces él les dijo: — Sin duda, me dirán este refrán: “Médico, sánate a ti mismo. Hemos oído que sucedieron tantas cosas en Capernaúm; haz lo mismo también aquí en tu tierra”.

  • Lucas 4:24

    Y añadió: — De cierto les digo, que ningún profeta es aceptado en su tierra.

  • Lucas 4:25

    Pero en verdad les digo que había muchas viudas en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses y hubo una gran hambre en toda la tierra,

  • Lucas 4:26

    pero a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.

  • Lucas 4:27

    También había muchos leprosos en Israel en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado sino el sirio Naamán.

  • Lucas 4:28

    Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira,

  • Lucas 4:29

    y se levantaron y lo echaron fuera de la ciudad. Luego lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle.

  • Lucas 4:30

    Pero él pasó por en medio de ellos y se fue.

  • Lucas 4:31

    Entonces descendió a Capernaúm, ciudad de Galilea, y les enseñaba los sábados.

  • Lucas 4:32

    Y se asombraban de su enseñanza porque su palabra era con autoridad.

  • Lucas 4:33

    Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, y él exclamó a gran voz:

  • Lucas 4:34

    — ¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido para destruirnos? Yo sé quién eres: ¡el Santo de Dios!

  • Lucas 4:35

    Jesús le reprendió, diciendo: — ¡Cállate y sal de él! Entonces el demonio salió de él derribándolo allí en medio de todos pero sin hacerle ningún daño.

  • Lucas 4:36

    Todos quedaron asombrados y hablaban entre sí diciendo: — ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?

  • Lucas 4:37

    Y su fama se divulgaba por todos los lugares de la región.

  • Lucas 4:38

    Levantándose Jesús, se apartó de la sinagoga y entró en casa de Simón. Y la suegra de Simón estaba postrada con una fuerte fiebre, y le rogaron por ella.

  • Lucas 4:39

    Él se inclinó hacia ella y reprendió a la fiebre y la fiebre la dejó, y en seguida ella se levantó y comenzó a servirles.

  • Lucas 4:40

    Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas dolencias los trajeron a él. Y él, al poner las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.

  • Lucas 4:41

    Y también de muchos salían demonios, dando gritos y diciendo: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar porque ellos sabían que él era el Cristo.

  • Lucas 4:42

    Siendo ya de día, salió y se fue a un lugar desierto y las multitudes lo buscaban. Acudieron a él y lo detenían para que no se apartara de ellos.

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