Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 5:20-42 verso por verso
Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: — Hombre, tus pecados te son perdonados.
Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a razonar diciendo: — ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?
Pero Jesús, dándose cuenta de los razonamientos de ellos, respondió y les dijo: — ¿Qué razonan en sus corazones?
¿Qué es más fácil? ¿Decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y anda”?
Pero para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados — dijo al paralítico — : A ti te digo: ¡Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa!
De inmediato se levantó en presencia de ellos, tomó la camilla en que estaba recostado y se fue a su casa glorificando a Dios.
El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Fueron llenos de temor y decían: — ¡Hoy hemos visto maravillas!
Después de esto, Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví sentado en el lugar de los tributos públicos. Y le dijo: — ¡Sígueme!
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Entonces Leví le hizo un gran banquete en su casa, y había un gran número de publicanos y otros que estaban a la mesa con ellos.
Los fariseos y los escribas murmuraban contra los discípulos de él, diciendo: — ¿Por qué comen y beben con los publicanos y pecadores?
Respondiendo Jesús, les dijo: — Los sanos no tienen necesidad de médico sino los que están enfermos.
No he venido a llamar a justos sino a pecadores al arrepentimiento.
Entonces ellos le dijeron: — Los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, igual que los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben.
Jesús les dijo: — ¿Acaso ustedes pueden hacer que los que están de bodas ayunen mientras el novio está con ellos?
Pero vendrán días cuando el novio les será quitado. Entonces, en aquellos días ayunarán.
Les decía también una parábola: — Nadie corta un parche de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo. De otra manera, el vestido nuevo se rompe y el parche tomado del nuevo no armoniza con lo viejo.
Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos. De otra manera, el vino nuevo romperá los odres, el vino se derramará y los odres se perderán.
Pero el vino nuevo debe ser echado en odres nuevos.
Y ninguno que bebe lo añejo quiere el nuevo porque dice: “Lo añejo es lo mejor”.