Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 6:12-26 verso por verso
Aconteció en aquellos días, que Jesús salió al monte para orar y pasó toda la noche en oración a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y de ellos escogió a doce a quienes también llamó apóstoles:
a Simón, al cual también llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Jacobo y a Juan; a Felipe y a Bartolomé;
a Mateo y a Tomás; a Jacobo hijo de Alfeo, y a Simón llamado el Zelote;
a Judas hijo de Jacobo, y a Judas Iscariote, que también llegó a ser el traidor.
Descendió con ellos y se detuvo en una llanura, junto con una multitud de sus discípulos y un gran número de personas de toda Judea, de Jerusalén y de las costas de Tiro y de Sidón, que habían venido para oírlo y para ser sanados de sus enfermedades.
Los que eran atormentados por espíritus inmundos eran sanados,
y toda la gente procuraba tocarlo; porque salía poder de él y sanaba a todos.
Y alzando él los ojos hacia sus discípulos, decía: “Bienaventurados ustedes los pobres porque de ustedes es el reino de Dios.
“Bienaventurados los que ahora tienen hambre porque serán saciados. “Bienaventurados los que ahora lloran porque reirán.
“Bienaventurados son cuando los hombres los aborrecen, cuando los apartan de sí y los vituperan, y desechan el nombre de ustedes como si fuera malo, por causa del Hijo del Hombre.
Gócense en aquel día y salten de alegría porque he aquí su galardón es grande en el cielo; pues así hacían los padres de ustedes a los profetas.
“Pero ¡ay de ustedes los ricos! Porque están recibiendo su consuelo.
“¡Ay de ustedes, los que ahora están saciados! Porque tendrán hambre. “¡Ay de ustedes, los que ahora se ríen! Porque se lamentarán y llorarán.
“¡Ay de ustedes, cuando todos los hombres hablan bien de ustedes! Porque así hacían sus padres con los falsos profetas.