Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 7:2-10 verso por verso
Y el siervo de cierto centurión, a quien este tenía en mucha estima, estaba enfermo y a punto de morir.
Cuando oyó hablar de Jesús, le envió ancianos de los judíos para rogarle que fuera y sanara a su siervo.
Ellos fueron a Jesús y le rogaban con insistencia, diciéndole: — Él es digno de que le concedas esto
porque ama a nuestra nación y él mismo nos edificó la sinagoga.
Jesús fue con ellos. Y cuando ya no estaban muy lejos de su casa, el centurión le envió unos amigos para decirle: — Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo.
Por eso no me tuve por digno de ir a ti. Más bien, di la palabra y mi criado será sanado.
Porque yo también soy hombre puesto bajo autoridad y tengo soldados bajo mi mando. Y digo a este: “Ve”, y él va; digo al otro: “Ven”, y él viene; y digo a mi siervo: “Haz esto”, y él lo hace.
Cuando Jesús oyó esto, se maravilló de él y, dándose vuelta, dijo a la gente que lo seguía: — ¡Les digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe!
Cuando volvieron a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo.