Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 7:24-35 verso por verso
Cuando se fueron los mensajeros de Juan, Jesús comenzó a hablar de Juan a las multitudes: — ¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?
Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido de ropa delicada? He aquí, los que llevan ropas lujosas y viven en placeres están en los palacios reales.
Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? ¡Sí, les digo, y más que profeta!
Este es aquel de quien está escrito: He aquí envío mi mensajero delante de tu rostro, quien preparará tu camino delante de ti.
Les digo que entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan. Sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.
Al oírle, todo el pueblo y los publicanos justificaron a Dios, siendo bautizados con el bautismo de Juan.
Pero los fariseos y los intérpretes de la ley rechazaron el propósito de Dios para ellos, no siendo bautizados por él.
— ¿A qué, pues, compararé a los hombres de esta generación? ¿A qué son semejantes?
Son semejantes a los muchachos que se sientan en la plaza y gritan los unos a los otros diciendo: “Les tocamos la flauta y no bailaron; entonamos canciones de duelo y no lloraron”.
Porque ha venido Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y dicen: “¡Demonio tiene!”.
Ha venido el Hijo del Hombre que come y bebe, y dicen: “¡He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores!”.
Pero la sabiduría es justificada por todos sus hijos.