• Lucas 8:27

    Al bajarse él a tierra, le salió al encuentro un hombre de la ciudad el cual tenía demonios. Desde hacía mucho tiempo no había llevado ropa, ni vivía en una casa sino entre los sepulcros.

  • Lucas 8:28

    Pero cuando vio a Jesús, exclamó, se postró delante de él y dijo a gran voz: — ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que no me atormentes!

  • Lucas 8:29

    Porque Jesús había mandado al espíritu inmundo que saliera del hombre, pues se había apoderado de él desde hacía mucho tiempo. Para guardarlo, lo ataban con cadenas y con grillos pero, rompiendo las ataduras, era impelido por el demonio a los desiertos.

  • Lucas 8:30

    Jesús le preguntó, diciendo: — ¿Cómo te llamas? Y él dijo: — Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él;

  • Lucas 8:31

    y le rogaban que no los mandara al abismo.

  • Lucas 8:32

    Había allí un hato de muchos cerdos que pacía en la montaña; y le rogaron que les dejara entrar en aquellos, y él les dio permiso.

  • Lucas 8:33

    Cuando los demonios salieron del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago y se ahogó.

  • Lucas 8:34

    Los que apacentaban los cerdos, al ver lo que había acontecido, huyeron y dieron aviso en la ciudad y por los campos.

  • Lucas 8:35

    Y salieron a ver lo que había pasado. Fueron a Jesús y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.

  • Lucas 8:36

    Los que lo habían visto les contaron cómo había sido salvado aquel endemoniado.

  • Lucas 8:37

    Entonces toda la multitud de la región de los gadarenos le rogó que se apartara de ellos porque tenían mucho temor. Jesús subió a la barca y regresó.

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