Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 8:51-56 verso por verso
Cuando llegó a la casa, no dejó entrar consigo a nadie sino solo a Pedro, a Juan, a Jacobo, y al padre y a la madre de la niña.
Todos lloraban y lamentaban por ella. Pero él dijo: — No lloren. Ella no ha muerto sino que duerme.
Ellos se burlaban de él, sabiendo que ella había muerto.
Pero él la tomó de la mano y habló a gran voz diciendo: — Niña, levántate.
Entonces su espíritu volvió a ella, y al instante se levantó. Y él ordenó que le dieran de comer.
Sus padres quedaron atónitos, y él les mandó que a nadie dijeran lo que había sucedido.