Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 9:18-27 verso por verso
Aconteció que, mientras él estaba orando aparte, sus discípulos estaban con él, y les preguntó diciendo: — ¿Quién dice la gente que soy yo?
Respondiendo ellos, dijeron: — Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas ha resucitado.
Y les dijo: — Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Entonces Pedro, respondiendo, dijo: — El Cristo de Dios.
Pero él les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie.
Y les dijo: — Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas y que sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto y que resucite al tercer día.
Decía entonces a todos: — Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará.
Pues, ¿de qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y se destruye o se pierde a sí mismo?
Pues el que se avergüence de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria y la del Padre y la de los santos ángeles.
Y les digo, en verdad, que hay algunos de los que están aquí presentes que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios.