Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 9:27-36 verso por verso
Y les digo, en verdad, que hay algunos de los que están aquí presentes que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios.
Aconteció, como ocho días después de estas palabras, que tomó consigo a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.
Y mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra y sus vestiduras se hicieron blancas y resplandecientes.
Y he aquí, dos hombres hablaban con él. Eran Moisés y Elías,
quienes aparecieron en gloria y hablaban de su partida que él iba a cumplir en Jerusalén.
Pedro y los otros con él estaban cargados de sueño; pero se mantuvieron vigilando y vieron su gloria y a dos hombres que estaban con él.
Aconteció que, mientras aquellos se apartaban de él, Pedro dijo a Jesús, sin saber lo que decía: — Maestro, nos es bueno estar aquí. Levantemos, pues, tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Mientras él estaba diciendo esto, vino una nube y les hizo sombra. Y ellos tuvieron temor cuando entraron en la nube.
Entonces de la nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo, el Escogido. A él oigan”.
Cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo. Y ellos callaron, y en aquellos días no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.