Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 9:38-42 verso por verso
Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: — Maestro, te ruego que veas a mi hijo, que es el único que tengo.
He aquí un espíritu lo toma, y de repente grita y lo convulsiona con espumarajos; lo hace pedazos y difícilmente se aparta de él.
Yo rogué a tus discípulos que lo echaran fuera pero no pudieron.
Respondiendo Jesús, dijo: — ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes y los soportaré? Trae a tu hijo acá.
Y mientras aún se acercaba, el demonio lo derribó y lo convulsionó. Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo y sanó al muchacho, y se lo entregó a su padre.