Explicación, estudio y comentario bíblico de Malaquías 2:1-10 verso por verso
“Ahora pues, oh sacerdotes, para ustedes es esta advertencia:
Si no escuchan y no toman a pecho el honrar mi nombre, enviaré la maldición sobre ustedes y maldeciré sus bendiciones, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos. Y las he maldecido ya, porque ustedes nada toman a pecho.
He aquí, yo reprenderé a la descendencia de ustedes y arrojaré estiércol sobre sus caras, el estiércol de las víctimas de sus festividades, y con él serán arrojados ustedes mismos.
Así sabrán que yo les envié esta advertencia para que prevaleciera mi pacto con Leví”, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos.
“Mi pacto con él fue de vida y de paz. Estas cosas le di, y él me temía y guardaba reverencia ante mi nombre.
La ley de verdad estuvo en su boca y en sus labios no se halló iniquidad. En paz y en justicia anduvo conmigo y a muchos apartó del pecado.
Porque los labios del sacerdote han de guardar el conocimiento y de su boca ha de buscar la instrucción, pues él es un mensajero del SEÑOR de los Ejércitos.
Pero ustedes se han apartado del camino; a muchos han hecho tropezar en la ley y han corrompido el pacto de Leví, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos.
Por eso, yo también los he hecho despreciables y viles entre todo el pueblo, puesto que no han guardado mis caminos y hacen distinción de personas con respecto a la ley”.
¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado el único Dios? Entonces, ¿por qué traicionamos cada uno a su hermano y profanamos el pacto de nuestros padres?