• Marco 1:35

    Habiéndose levantado muy de madrugada, todavía de noche, Jesús salió y se fue a un lugar desierto y allí oraba.

  • Marco 1:36

    Simón y sus compañeros fueron en busca de él.

  • Marco 1:37

    Lo encontraron y le dijeron: — Todos te buscan.

  • Marco 1:38

    Él les respondió: — Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que predique también allí porque para esto he venido.

  • Marco 1:39

    Y fue predicando en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echando fuera los demonios.

  • Marco 1:40

    Y vino a él un leproso implorándole, y de rodillas le dijo: — Si quieres, puedes limpiarme.

  • Marco 1:41

    Jesús, movido a compasión, extendió la mano, lo tocó y le dijo: — Quiero; sé limpio.

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