Explicación, estudio y comentario bíblico de Marco 10:38-51 verso por verso
Entonces Jesús les dijo: — No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?
Ellos dijeron: — Podemos. Y Jesús les dijo: — Beberán la copa que yo bebo, y serán bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado.
Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es mío concederlo, sino que es para quienes está preparado.
Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse con Jacobo y Juan.
Pero Jesús los llamó y les dijo: — Ustedes saben que los que son tenidos por príncipes de los gentiles se enseñorean de ellos, y sus grandes ejercen autoridad sobre ellos.
Pero no es así entre ustedes. Más bien, cualquiera que anhele hacerse grande entre ustedes será su servidor,
y cualquiera que anhele ser el primero entre ustedes será siervo de todos.
Porque el Hijo del Hombre tampoco vino para ser servido sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
Entonces llegaron a Jericó. Y cuando él iba saliendo de Jericó junto con sus discípulos y una gran multitud, el ciego Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
Y cuando oyó que era Jesús de Nazaret, comenzó a gritar diciendo: — ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
Muchos lo regañaban para que se callara, pero él gritaba aun más fuerte: — ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
Entonces Jesús se detuvo y mandó llamarle. Llamaron al ciego diciéndole: — Ten confianza. Levántate. Él te llama.
Entonces él, tirando su manto, se levantó y fue a Jesús.
Y Jesús le respondió diciendo: — ¿Qué quieres que te haga? El ciego le dijo: — Rabí, que yo recobre la vista.