Explicación, estudio y comentario bíblico de Marco 3:13-41 verso por verso
Entonces subió al monte y llamó a sí a los que él quiso, y fueron a él.
Constituyó a doce, a quienes nombró apóstoles, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar
y tener autoridad para echar fuera los demonios.
Y constituyó a los doce: a Simón (a quien le puso por nombre Pedro),
a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan el hermano de Jacobo (a ellos les puso por nombre Boanerges; es decir, hijos del trueno),
a Andrés, a Felipe, a Bartolomé, a Mateo, a Tomás, a Jacobo hijo de Alfeo, a Tadeo, a Simón el cananita
y a Judas Iscariote (el que lo entregó).
y otra vez se reunió la multitud de modo que ellos no podían ni siquiera comer pan.
Cuando los suyos lo oyeron, fueron para prenderlo porque decían que estaba fuera de sí.
Los escribas que habían descendido de Jerusalén decían que estaba poseído por Beelzebul y que mediante el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.
Y habiéndolos llamado a su lado, les hablaba en parábolas: “¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?
Si un reino se divide contra sí, ese reino no puede permanecer.
Si una casa se divide contra sí, esa casa no podrá permanecer.
Y si Satanás se levanta contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer sino que su fin ha llegado.
Al contrario, nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes a menos que primero ate al hombre fuerte. Y entonces saqueará su casa.
De cierto les digo que a los hijos de los hombres les serán perdonados todos los pecados y blasfemias, cualesquiera que sean.
Pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás sino que es culpable de pecado eterno”.
Dijo esto porque decían: “Tiene espíritu inmundo”.
Entonces fueron su madre y sus hermanos, y quedándose fuera enviaron a llamarle.
Mucha gente estaba sentada alrededor de él, y le dijeron: — Mira, tu madre, tus hermanos y tus hermanas te buscan afuera.
Él, respondiendo, les dijo: — ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: — ¡He aquí mi madre y mis hermanos!
Porque cualquiera que hace la voluntad de Dios, este es mi hermano, mi hermana y mi madre.