Explicación, estudio y comentario bíblico de Marco 4:14-30 verso por verso
El sembrador siembra la palabra.
Primero están estos que caen junto al camino donde se siembra la palabra. Y cuando la oyen, en seguida viene Satanás y quita la palabra que había sido sembrada en ellos.
También los que son sembrados en pedregales son aquellos que, cuando oyen la palabra, en seguida la reciben con gozo;
pero no tienen raíz en sí, sino que son de poca duración. Entonces, cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, en seguida tropiezan.
Y otros son los que son sembrados entre espinos. Ellos son los que oyen la palabra,
pero las preocupaciones de este mundo, el engaño de las riquezas y la codicia de otras cosas se entrometen y ahogan la palabra, y queda sin fruto.
Y aquellos que fueron sembrados en buena tierra son los que oyen la palabra, la reciben y producen fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno”.
También les dijo: “¿Acaso se trae una lámpara para que sea puesta debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es para que sea puesta sobre el candelero?
Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni nada escondido sino para que salga en claro.
Si alguno tiene oídos para oír, oiga”.
Les dijo también: “Consideren lo que oyen: Con la medida con que miden, ustedes serán medidos y les será añadido.
Porque al que tiene le será dado, y al que no tiene aun lo que tiene le será quitado”.
También decía: “Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra.
Él duerme de noche y se levanta de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.
Porque de por sí la tierra da fruto: primero el tallito, luego las espigas y después el grano lleno en la espiga.
Y cuando el fruto se ha producido, en seguida él mete la hoz porque la siega ha llegado”.
También decía: “¿A qué haremos semejante el reino de Dios? ¿Con qué parábola lo compararemos?