Explicación, estudio y comentario bíblico de Marco 7:17-29 verso por verso
Cuando entró en casa, aparte de la multitud, sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola.
Y les dijo: — ¿Así que también ustedes carecen de entendimiento? ¿No comprenden que nada de lo que entra en el hombre desde fuera lo puede contaminar?
Porque no entra en su corazón sino en su estómago, y sale a la letrina. Así declaró limpias todas las comidas.
Y decía: — Lo que del hombre sale, eso contamina al hombre.
Porque desde adentro, del corazón del hombre, salen los malos pensamientos, las inmoralidades sexuales, los robos, los homicidios,
los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la sensualidad, la envidia, la blasfemia, la insolencia y la insensatez.
Todas estas maldades salen de adentro y contaminan al hombre.
Y levantándose, partió de allí para los territorios de Tiro y de Sidón. Y entró en una casa y no quería que nadie lo supiera pero no pudo esconderse.
Más bien, en seguida oyó de él una mujer cuya hija tenía un espíritu inmundo, y vino y cayó a sus pies.
La mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia, y le rogaba que echara el demonio fuera de su hija.
Pero Jesús le dijo: — Deja primero que se sacien los hijos, porque no es bueno tomar el pan de los hijos y echarlo a los perritos.
Ella respondió y le dijo: — Sí, Señor; también los perritos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos.
Entonces él le dijo: — Por causa de lo que has dicho, ve; el demonio ha salido de tu hija.