Explicación, estudio y comentario bíblico de Marco 8:13-26 verso por verso
Y dejándolos, volvió a entrar en la barca y cruzó a la otra orilla.
Se habían olvidado de llevar pan, y no tenían consigo en la barca sino un solo pan.
Y él les mandó, diciendo: — Miren; guárdense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.
Ellos discutían los unos con los otros, porque no tenían pan.
Como Jesús lo entendió, les dijo: — ¿Por qué discuten? ¿Porque no tienen pan? ¿Todavía no entienden ni comprenden? ¿Tienen endurecido su corazón?
Teniendo ojos, ¿no ven? Teniendo oídos, ¿no oyen? ¿No se acuerdan?
Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos recogieron? Ellos dijeron: — Doce.
— Y cuando repartí los siete panes entre los cuatro mil, ¿cuántas cestas llenas de pedazos recogieron? Ellos dijeron: — Siete.
Él les preguntó: — ¿Todavía no comprenden?
Jesús fue a Betsaida, y le trajeron un ciego y le rogaban que lo tocara.
Entonces, tomando al ciego de la mano, lo sacó fuera de la aldea. Después de mojarle los ojos con saliva e imponerle las manos le preguntó: — ¿Ves algo?
Al mirar, él decía: — Veo a los hombres, pero los veo como árboles que andan.
Luego puso otra vez las manos sobre sus ojos, y el ciego miró intensamente. Y fue restaurada su vista, y veía todo de lejos y claramente.
Entonces Jesús lo envió a su casa, diciéndole: — No entres en la aldea.