Explicación, estudio y comentario bíblico de Marco 8:25-27 verso por verso
Luego puso otra vez las manos sobre sus ojos, y el ciego miró intensamente. Y fue restaurada su vista, y veía todo de lejos y claramente.
Entonces Jesús lo envió a su casa, diciéndole: — No entres en la aldea.
Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó a sus discípulos diciendo: — ¿Quién dice la gente que soy yo?