Explicación, estudio y comentario bíblico de Marco 8:27-41 verso por verso
Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó a sus discípulos diciendo: — ¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos respondieron: — Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; otros, uno de los profetas.
Entonces él les preguntó: — Pero ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Respondiendo Pedro le dijo: — ¡Tú eres el Cristo!
Él les mandó enérgicamente que no hablaran a nadie acerca de él.
Luego comenzó a enseñarles que era necesario que el Hijo del Hombre padeciera mucho, que fuera desechado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y que fuera muerto y resucitado después de tres días.
Les decía esto claramente. Entonces Pedro lo tomó aparte y comenzó a reprenderlo.
Pero él se dio vuelta y, mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro diciéndole: — ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Porque no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Y llamó a sí a la gente, juntamente con sus discípulos, y les dijo: — Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio la salvará.
Pues, ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero y perder su vida?
Porque, ¿qué dará el hombre en rescate por su vida?
Pues el que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.