Explicación, estudio y comentario bíblico de Marco 9:28-37 verso por verso
Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron en privado: — ¿Por qué no pudimos nosotros echarlo fuera?
Él les dijo: — Este género con nada puede salir sino con oración.
Habiendo salido de allí, caminaban por Galilea. Él no quería que nadie lo supiera,
porque iba enseñando a sus discípulos, y les decía: “El Hijo del Hombre ha de ser entregado en manos de hombres, y lo matarán. Y una vez muerto, resucitará después de tres días”.
Pero ellos no entendían esta palabra y tenían miedo de preguntarle.
Llegó a Capernaúm. Y cuando estuvo en casa, Jesús les preguntó: — ¿Qué disputaban entre ustedes en el camino?
Pero ellos callaron, porque lo que habían disputado los unos con los otros en el camino era sobre quién era el más importante.
Entonces se sentó, llamó a los doce y les dijo: — Si alguno quiere ser el primero deberá ser el último de todos y el siervo de todos.
Y tomó a un niño y lo puso en medio de ellos; y tomándolo en sus brazos, les dijo:
— El que en mi nombre recibe a alguien como este niño, a mí me recibe; y el que a mí me recibe no me recibe a mí sino al que me envió.