Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 10:17-33 verso por verso
Guárdense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y en sus sinagogas los azotarán.
Serán llevados aun ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio a ellos y a los gentiles.
Pero cuando los entreguen, no se preocupen de cómo o qué hablarán, porque les será dado en aquella hora lo que han de decir.
Pues no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu de su Padre que hablará en ustedes.
“El hermano entregará a muerte a su hermano, y el padre a su hijo. Se levantarán los hijos contra sus padres y los harán morir.
Y serán aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin, este será salvo.
Y cuando los persigan en una ciudad, huyan a la otra. Porque de cierto les digo que de ningún modo acabarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.
“El discípulo no es más que su maestro ni el siervo más que su señor.
Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia lo llamaron Beelzebul, ¡cuánto más lo harán a los de su casa!
“Así que, no les teman. Porque no hay nada encubierto que no será revelado ni oculto que no será conocido.
Lo que les digo en privado, díganlo en público; y lo que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas.
No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno.
¿Acaso no se venden dos pajaritos por una moneda? Con todo ni uno de ellos cae a tierra sin el consentimiento de su Padre.
Pues aun los cabellos de ustedes están todos contados.
Así que, no teman; más valen ustedes que muchos pajaritos.
“Por tanto, a todo el que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.