Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 12:1-19 verso por verso
En ese tiempo, Jesús pasó por los sembrados en sábado. Sus discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar espigas y a comer.
Y al verlo los fariseos, le dijeron: — Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el sábado.
Él les dijo: — ¿No han leído qué hizo David cuando tuvo hambre él y los que estaban con él;
cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes de la Presencia, que no les era lícito comer ni a él ni a los que estaban con él, sino solo a los sacerdotes?
¿Tampoco han leído en la ley que en los sábados los sacerdotes en el templo profanan el sábado y quedan sin culpa?
Pero les digo que uno mayor que el templo está aquí.
Si hubieran conocido qué significa Misericordia quiero y no sacrificio, no habrían condenado a los que no tienen culpa.
Porque el Hijo del Hombre es Señor del sábado.
Partió de allí y fue a la sinagoga de ellos.
Y he aquí había un hombre que tenía la mano paralizada; y para acusar a Jesús, le preguntaron diciendo: — ¿Es lícito sanar en sábado?
Pero él les dijo: — ¿Qué hombre hay entre ustedes que tenga una oveja, y que si esta cae en un pozo en sábado, no le echará mano y la sacará?
Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! De manera que es lícito hacer bien en sábado.
Entonces dijo a aquel hombre: — Extiende tu mano. Él la extendió, y su mano fue restaurada sana como la otra.
Pero saliendo los fariseos, tomaron consejo contra él, cómo destruirlo.
Como Jesús lo supo, se apartó de allí. Lo siguió mucha gente, y a todos los sanó.
Y les mandó rigurosamente que no lo dieran a conocer,
para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías, que dijo:
He aquí mi siervo, a quien he escogido; mi amado, en quien se complace mi alma. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará juicio a las naciones.
No contenderá, ni dará voces; ni oirá nadie su voz en las plazas.