Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 12:24-40 verso por verso
Pero al oírlo, los fariseos dijeron: — Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebul, el príncipe de los demonios.
Pero como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo: — Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado. Y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá.
Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido. ¿Cómo, pues, permanecerá en pie su reino?
Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan fuera sus hijos? Por tanto, ellos serán sus jueces.
Pero si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a ustedes el reino de Dios.
Porque, ¿cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes a menos que primero ate al hombre fuerte? Y entonces saqueará su casa.
El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama.
»Por esto les digo que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.
Y a cualquiera que diga palabra contra el Hijo del Hombre le será perdonado; pero a cualquiera que hable contra el Espíritu Santo no le será perdonado ni en este mundo ni en el venidero.
»O hagan bueno el árbol y bueno su fruto, o hagan malo el árbol y malo su fruto; porque el árbol es conocido por su fruto.
¡Generación de víboras! ¿Cómo podrán ustedes, siendo malos, hablar cosas buenas? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
El hombre bueno del buen tesoro saca cosas buenas, y el hombre malo del mal tesoro saca cosas malas.
Pero yo les digo que en el día del juicio los hombres darán cuenta de toda palabra ociosa que hablen.
Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.
Entonces le respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: — Maestro, deseamos ver de ti una señal.
Él respondió y les dijo: — Una generación malvada y adúltera demanda señal, pero no le será dada ninguna señal, sino la señal del profeta Jonás.
Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.