Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 13:1-17 verso por verso
Aquel día Jesús salió de la casa y se sentó junto al mar.
Y se le acercó mucha gente, de manera que él entró en una barca para sentarse, y toda la multitud estaba de pie en la playa.
Entonces les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: “He aquí un sembrador salió a sembrar.
Mientras él sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la devoraron.
Y otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó rápidamente, porque la tierra no era profunda.
Pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
Y otra parte cayó entre los espinos. Los espinos crecieron y la ahogaron.
Y otra parte cayó en buena tierra y dio fruto, una a ciento, otra a sesenta y otra a treinta por uno.
El que tiene oídos, que oiga”.
Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: — ¿Por qué les hablas por parábolas?
Y él, respondiendo, les dijo: — Porque a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido.
Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Por esto les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni tampoco entienden.
Además, se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: De oído oirán, y nunca entenderán; y mirando mirarán, y nunca verán.
Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible, y con los oídos han oído torpemente. Han cerrado sus ojos para que no vean con los ojos ni oigan con los oídos ni entiendan con el corazón ni se conviertan. Y yo los sanaré.
Pero ¡bienaventurados sus ojos, porque ven; y sus oídos, porque oyen!
Porque de cierto les digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.