Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 13:24-53 verso por verso
Les presentó otra parábola diciendo: “El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo.
Pero, mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
Cuando brotó la hierba y produjo fruto, entonces apareció también la cizaña.
Se acercaron los siervos al dueño del campo y le preguntaron: ‘Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?’.
Y él les dijo: ‘Un hombre enemigo ha hecho esto’. Los siervos le dijeron: ‘Entonces, ¿quieres que vayamos y la recojamos?’.
Pero él dijo: ‘No; no sea que al recoger la cizaña arranquen con ella el trigo.
Dejen crecer a ambos hasta la siega. Cuando llegue el tiempo de la siega, yo diré a los segadores: Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla. Pero reúnan el trigo en mi granero’”.
Les presentó otra parábola diciendo: “El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo.
Esta es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, es la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”.
Les dijo otra parábola: “El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en una gran cantidad de harina, hasta que todo quedó leudado”.
Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes y sin parábolas no les hablaba,
de manera que se cumplió lo dicho por medio del profeta diciendo: Abriré mi boca con parábolas; publicaré cosas que han estado ocultas desde la fundación del mundo.
Entonces, una vez despedida la multitud, volvió a casa. Y sus discípulos se acercaron a él diciendo: — Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
Y respondiendo él dijo: — El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.
El campo es el mundo. La buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno.
El enemigo que la sembró es el diablo. La siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
De manera que como la cizaña es recogida y quemada en el fuego, así será el fin del mundo.
El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que causan tropiezos y a los que hacen maldad,
y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga.
»El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que un hombre descubrió y luego escondió. Y con regocijo va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
»Además, el reino de los cielos es semejante a un comerciante que buscaba perlas finas.
Y habiendo encontrado una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
»Asimismo, el reino de los cielos es semejante a una red que fue echada en el mar y juntó toda clase de peces.
Cuando estuvo llena, la sacaron a la playa. Y sentados recogieron lo bueno en cestas y echaron fuera lo malo.
Así será el fin del mundo: Saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos,
y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
»¿Han entendido todas estas cosas? Ellos le dijeron: — Sí.
Él les dijo: — Por eso, todo escriba instruido en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas.
Aconteció que cuando Jesús terminó estas parábolas, partió de allí.