Explicación, estudio y comentario bíblico de Mateo 16:19-28 verso por verso
A ti te daré las llaves del reino de los cielos. Todo lo que ates en la tierra habrá sido atado en el cielo, y lo que desates en la tierra habrá sido desatado en los cielos.
Entonces mandó a los discípulos que no dijeran a nadie que él era el Cristo.
Desde entonces, Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que le era preciso ir a Jerusalén y padecer mucho de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto y resucitar al tercer día.
Pedro lo tomó aparte y comenzó a reprenderlo diciendo: — Señor, ten compasión de ti mismo. ¡Jamás te suceda esto!
Entonces él volviéndose, le dijo a Pedro: — ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo porque no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: — Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
Porque el que quiera salvar su vida la perderá, y el que pierda su vida por causa de mí la hallará.
Pues, ¿de qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y pierde su vida? ¿O qué dará el hombre en rescate por su vida?
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno conforme a sus hechos.
»De cierto les digo que hay algunos que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.